Experiencias

La vida me ha llevado a lugares raros, a momentos en que disfruto estar justo en ese lugar y justo en ese momento, porque puedo experimentar cosas que sé que no son comunes, que me alimentan de formas raras.

El viernes viví algo así.

Resulta que fui a dar una charla de onda sobre Python a un posgrado para científicos en el Instituto de Física de Líquidos y Sistemas Biológicos de la Universidad de La Plata. Fui invitado por Manuel Carlevaro, y la verdad es que la charla estuvo muy buena... llegué tarde, pero tenía tiempo para darla, y creo que gustó. Fue Introducción a Python, más un repaso rápido de Numpy y algo de Scipy.

El punto es que después de la charla Manuel me invitó a la casa, a por cerveza y pizzas que tan gentilmente cocinó su mujer. El punto es que a la cena se sumió Luis Pugnaloni (quién junto a Manuel y otros mantienen el portal de divulgación científica CienciaNet), y Santiago Grigera.

Y este muchacho Santiago es un físico groso: Doctor en Física del Instituto Balseiro, Profesor asociado en la Universidad de Saint Andrews (Reino Unido), Investigador Independiente de nuestro CONICET, y University Research Fellow de The Royal Society (Londres).

Antes de que Santiago llegara, Manuel me comentó que Santiago y su equipo publicaron un artículo en la revista Science sobre un experimento en el que vieron experimentalmente monopolos magnéticos. Un monopolo magnético es un partícula hipotética que consiste en un imán con un solo polo magnético. Lo que les debería llamar la atención en el último párrafo es que la definición dice partícula hipotética, que este muchacho la ha visto en un experimento.

En este artículo de La Nación lo explican con más detalle, pero lamentablemente no se puede bajar el artículo de Science... bah, sí lo pueden bajar si pagan mucha plata... ¡eso es una mierda! Por suerte hay iniciativas como Papers in Physics (que acaba de comenzar), que apuntan a que el conocimiento se distribuya gratis.

Volvamos al punto en cuestión. Lo que me fascinó, y lo que quiero rescatar como una experiencia extraña, es que en la Universidad, en física, yo había estudiado que en esta realidad solamente existen los dipolos magnéticos. Y el viernes, por una de esas casualidades de la vida, ¡estuve comiendo pizzas con alguien que experimentalmente vio eso que yo había estudiado que no existía!

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