Haciendo caso

El sábado a la tarde/noche fui a lo de Leito porque nos juntábamos por PyWeek. El camino que agarré fue Panamericana, Donado, La Pampa, etc.

El motivo de este post es el comportamiento de un automovilista sobre Donado. Tal calle (o avenida, no sé), es relativamente ancha con sus tres carriles, y un sábado a esa hora, bien tranquila. Tiene una velocidad máxima de 60, con carteles que lo indican, y los semáforos en sincronismo con esa velocidad.

En consecuencia, yo iba a casi 60, llegando a cada bocacalle algunos segundos después de que cada semáforo se ponga en verde, y no tenía ningún inconveniente: velocidad constante, onda verde, bien tranqui.

Pero había otro auto que aceleraba al cruzar la calle, y frenaba antes de llegar al otro semáforo (porque como había ido más rápido, todavía no se había puesto en verde). Cruzaba la calle, volvía a acelerar demasiado, y luego frenaba. Así todo el tiempo.

Si el tipo hubiese seguido las indicaciones de máxima, hubiese ido como yo, y llegado al mismo tiempo que yo al final de la avenida (es más, llegamos juntos), sin tanto acelere/frenaje. ¿Qué le costaba?

O sea, si hubiese seguido las reglas de tránsito, hubiese estado más tranquilo, con el mismo resultado final. ¿Por qué esa manía de no respetar las cosas?

Y estoy seguro de que esto de jodernos por no respetar las reglas se puede extrapolar a muchas otras circunstancias.

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Arrancando PyWeek 3

Este fin de semana arrancamos con PyWeek 3, la tercera edición de una competencia donde hay que hacer un juego en una semana (7 días exactos, para nuestro huso horario desde las 21hs del sábado pasado hasta las 21hs del sábado que viene). Por supuesto, al juego hay que hacerlo en Python.

Nos juntamos a las 7 de la tarde en la casa de Leito. Fuimos Lucio, Ricardo, Dave, Alecu, un tal Pablo, y yo. Leito ya estaba (obvio, era la casa), y Nubis pasó un rato.

Estuvimos discutiendo distintas alternativas, y a las 21hs en punto se conoció el tema del juego: The disappearing act (el acto de desaparición). Era uno de los que menos nos gustaba, pero nos pusimos a pensar qué juego armar. Fuimos a comprar vituallas para la noche y el día siguiente, mientras discutíamos distintas ideas.

Volvimos, y seguíamos charlando sobre distintas ideas. Pedimos comida, y ya íbamos delineando lo que queríamos. Mientras comíamos, seguimos puliendo detalles. Después de comer, cerrábamos los últimos cabos sueltos.

Poco después de medianoche nos pusimos finalmente a programar el juego. Separadas las tareas, equipos de una/dos personas trabajaban en puntos separados y cada tanto juntábamos las cosas, a veces pedíamos feedback de otros, sacábamos algún que otro tema a discusión, etc. Una forma de trabajo más que interesante.

Así toda la noche.

Yo me fui a las siete de la mañana. A esa altura ya teníamos hecho el motor del juego, casi toda la interfaz para el motor, el escenario, el público, etc. Leito ya estaba durmiendo, y Lucio estaba en eso. El resto, seguía trabajando.

Yo, despues de levantarme, no pude hacer nada en el juego porque tenía otras tareas, pero al final del día hice un update y ví que ya estaba todo integrado. Tenemos que usar estos días para pulir detalles, y tratar de llegar al sábado con un producto final, apuntando a la jugabilidad.

¡El finde que viene les cuento!

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