Primeros dos días en PyCon

Comenzaron finalmente los Sprint de PyCon 2005.

Básicamente un Sprint es un evento donde varias personas se juntan físicamente a hacer lo que el resto de las veces realizan por separado: diseñar, echar código, etc...

El ámbito físico de PyCon son dos salas del tercer piso de la GWU (George Washington University). En una sala se trabaja principalmente sobre Zope y Twisted. En la otra los temas son AST, PyPy, Distutils y un par más. Yo estoy en la segunda sala, tratando de aprender un poquito de AST, y ayudando a Brett Cannon a que el documento explicativo del compilador que está armando quede listo para que lo entienda cualquiera (aportando mi extremadamente útil punto de vista del ignorante total, ;). No es que haga eso solamente. Estoy preparando las charlitas de SiGeFi y PyAr, trabajando un poquito en SiGeFi y Decimal, y un montón de temitas varios más (ya que estamos, subí las presentaciones de SiGeFi y Decimal por si las quieren ver; están en .sxi, necesitan OpenOffice para verlas).

La sala no es nada especial, un montón de mesas y sillas, un proyector, etc. Tenemos WiFi y hay unos hubs para los que necesitan ethernet por cable. Enchufes por doquier, los pisos llenos de cables (tapados con cinta para no engancharlos), café, comida. Y mucha buena onda, para todo. Ese es el ambiente en general.

Hay momentos en que están todos callados trabajando, muy concentrados, y hay momentos en que la algarabía es total, todos charlando, riendo, etc. La verdad es que está muy bueno, porque te permite conocer a un montón de gente que antes sólo era un remitente en un mail. Alex Martelli, Tim Peters, David Goodger, Fred Drake, Brett Cannon, Andrew Kuchling, y me debo estar olvidando de alguien seguro. Fumarme un cigarrillo con Alex o Tim, o ir a comer con Brett o Andrew, no son cosas que se puedan hacer mucho por mail.

Los sprints comienzan a las 8 de la mañana (aunque los primeros dos días llegué tarde porque el subte se quedó parado veinte minutos en el medio del camino). Hay gente que se llevó una cafetera y hace café, yo hoy me fui a comprar un cafe con leche. Normalmente trabajamos hasta eso de las doce, doce y media, y vamos a comprar algo para comer (y nos traemos). Luego le pegamos hasta eso de las seis, por supuesto con las interrupciones normales para ir a buscar un café, etc. Todo muy distendido.

Dos cosas que me asombraron de Washington. La primera es la forma de manejar (autos, camiones, etc.). Cuando hay un cartel de stop, o incluso en la bocacalle de una avenida, ¡los tipos paran!. Si, detienen el vehículo, miran, y luego arrancan nuevamente. Aunque no venga nadie.

La segunda es que cuando uno va a comprar algo, el precio anunciado (o el que te dicen cuando les preguntás) no es el precio final. Por ejemplo, ayer fui a comer a un lugar de comidas mexicanas, y pedí una ensalada (basicamente el contenido del burrito pero sin la tortilla alrededor) y un agua. Según los precios, el total era $7.99. En la boleta, los precios suman $7.99. Pero después le meten el impuesto (en este caso $0.80) y te cobran eso. Resultado: es difícil saber cuanto vas a gastar. El problema realmente es que el impuesto no es el mismo en todos lados; cada estado tiene su impuesto, eso seguro, pero creo que también varía según la zona, o el tipo de local, etc.

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Viaje a Washington

De nuevo en la ruta. Bueno, para ser exactos, ruta aérea, parece que viajar en avión se ha vuelto mi deporte preferido.

Notarán un cierto cambio de estilo en mi blog, sin fotos (¡me llevaba bastante tiempo encontrar en Internet imágenes relacionadas!), con un discurso más suelto (por lo pronto, lo reviso una sola vez), y con más texto (banquenselán, che). Es un experimento que estoy haciendo, influido por El Diario de Nantes (EDITADO: la url no existe más), el cual me gustó muchísimo.

Logística

Aunque me tomé vacaciones desde el Viernes, el Jueves me fui después de comer a mi casa, para preparar todo para el viaje. La verdad es que no había hecho nada aún, así que tenía por delante todas las tareas de logística propias del caso. Y no solamente con respecto a las cosas que debía llevar, sino también higiene personal. Debía bañarme, afeitarme (la cara, no las piernas), y cortarme las uñas (20).

Así que llegué a eso de las 15:30 y me dediqué a la valija. Esta es la parte más fácil. ¿Pretendemos gastar en lavaderos? Noooo. Entonces, a nueve noches, nueve calzoncillos y nueve pares de medias. ¿Nueve remeras? Si tenemos, sí, sino reutilizaremos alguna. Por supuesto, un ejemplar adicional de cada uno de estos para ponerse luego del baño. Básicamente la valija es esa, más dos abrigos, un par de camisetas por si la noche se pone muy fría al acostarse, un par adicional de zapatillas por si se nos mojan las que llevamos puestas, etc...; ningún misterio.

El resto de los preparativos es un poco más complicado. Que esto lo llevamos, que esto no, que esto va en la valija o en la mochila, y así. Es importante ir poniendo en un lugar acotado (ej: arriba de la cama) todo lo que se va a llevar, ya que de esta manera uno se olvida de menos cosas. Pruébenlo, resulta. Y nunca se olviden del dinero ni de los documentos. Nunca. O están jodidos.

Lo más propenso a olvidarse son las cosas del baño (shampoo, perfume, crema, desodorante, etc...), como no se pueden guardar hasta después de bañarse uno, lo más probable es que se dejemos algo allí. El truco es guardarlas todas juntas a último momento, no por partes.

Antes de bañarme fui a buscar a Romina, que le prestaba el auto mientras estaba afuera, y a la vuelta pasamos por el Auchán que a mi me faltaban comprar algunas cosas (¿dejar yo todo para último momento?). Cepillo de dientes, pañuelos descartables, y un cassette para la filmadora. Corto el trámite. Corriendo para casa, a bañarme que era lo único que faltaba. Luego de cambiado, terminar de cerrar el equipaje y para el aeropuerto.

Buenos Aires - Miami

Nunca hice una cola tan larga, ni para el check-in ni para pasar a la zona de compuertas. Pero llegué a tiempo, :). Los pibes de American Airlines (AA) están un poco paranoicos, supongo que como todos los yanquis. Antes de hacer el check-in se pasa por la zona "de seguridad", como le dicen ellos. Allí te hacen preguntas como "¿Quién armó las valijas?", "¿Entre que las armaste y las trajiste, donde estuvieron?", "¿Estás llevando algo que te dió algún desconocido?". Hombre, como que si uno le fuese a contestar que lleva una pasta que le dio un barbudo con pinta de árabe...

Interesante la situación que se desarrolló al entrar al avión. Entramos, buscamos los lugares, nos sentamos, y allí estábamos todos los pasajeros esperando que "arranquemos". De repente, se apagó todo. ¡Todo!. Las luces, el audio, las pantallas de televisión, ¡todo!. La gente se puso nerviosa, se las escuchaba murmurar por lo bajo. Al minuto o dos el capitán informa por parlantes que este avión no tiene el equipo para generar electricidad cuando está parado, y que se les desenganchó el cable de electricidad que los alimenta desde el aeropuerto, que o vuelven a conectar el cable o recién tendremos energía cuando arranquen las turbinas. A los dos minutos, volvió la energía, y la gente respiró aliviada. Fue una lástima, porque estaba lindo todo oscuro. Fue divertido.

De nuevo en el check-in me olvidé de decirle al que atiende que quiero un asiento en particular. Parece sin embargo que las probabilidades estuvieron de mi lado y terminé contra la ventanilla y atrás justito del ala. El lugar ideal. A mi derecha se sentó una chica, que no estaba nada mal, pero el novio se sentó adelante, así que nada. Igual es mejor que un viejo panzón, así que nos permitimos algunas profundísimas charlas de como 10 o 15 palabras cada una.

El servicio de AA estuvo bien. Excepto por un negro gordote, pelito muy corto y con una colita de 2cm en el pelo (¿antes las azafatas eran así?) que la cagó de entrada preguntándole a la piba si yo era el novio, y ante la respuesta negativa de la dama y la indicación de que el novio estaba adelante, fue hasta el mismo y le dijo: "Mirá que el de atrás se está apalabrando a tu novia, y parece que a ella le gusta" (todo en inglés, of course). Pelotudo. Y lo peor es cuando se ponen pesados. Volvió a pasar al rato, y siguió con lo mismo, ¡dos veces más!.

Dormí casi todo el viaje (yo no sé para que pasan películas los pibes estos), y me despertaron para el desayuno una hora antes de aterrizar. Las valijas, en lugar de ir directamente a Washington, hay que buscarlas en Miami, pasarlas por Aduana, explicar que los alfajores no es explosivo plástico, y volver a meterlos para que vayan a destino final. Yo sospechaba que la aduana iba a ser complicada, principalmente porque una señora al salir del estacionamiento de Ezeiza nos contó cómo te revisan siete veces, te hacen abrir todo, etc.

Yo agarré la valija, puse la mejor cara de boludo (vamos, vamos, que la tengo bien practicada), y enfilé para la aduana. Me agarró de volea uno de seguridad y me dijo: That way! (por allá), yo doblé y seguí caminando a donde apuntaba, que no era otra cosa que la máquina donde se despacha el equipaje para el tramo final. O sea, ni me preguntaron que llevaba o dejaba de llevar.

Con respecto a la seguridad en el equipaje, había un cartel que indicaba que cierres las valijas con candados aprobados por la TSA, lo cual le permite a la seguridad del aeropuerto abrirte la valija en cualquier momento si necesitan/quieren hacerlo. Si tiene un candado que no es de ese tipo, ¡te lo rompen! (al candado). A mi me causaba gracia que la única seguridad de mi valija sea un envoltorio de plástico...

En este pais están atrasadísimos. El aeropuerto de Miami, punto neurálgico de los viajes de la parte norte de América, ¡no tiene WiFi! (WiFi es la manera actual de conectarse a Internet de forma inalámbrica, sin cables, muy piola para las laptops). En el séptimo piso hay un locutorio que te da el servicio pero te cobra 5 dólares la media hora (los cuales no pienso pagar). En Argentina no solo tenés WiFi en el aeropuerto, sino hasta en los café de McDonald's! Conclusión, tengo que esperar seis horas y no tengo internet, por lo que estuve escribiendo parte de esto, trabajando en la biblioteca de SMPP que estoy armando, leyendo, y boludeando un rato.

La batería de la laptop es otro detalle, ya que no pude hacerla andar con el conversor 110-220 que me prestó Ale (el conversor propio de la laptop soporta 100V-250V, pero el enchufe es de patas planas no paralelas, y no tengo un adaptador más que el que también eleva la tensión). Cuando enchufo la laptop, indica que se conecta, y a los tres segundos indica que se desconecta. Supongo que es el conversor que limita la corriente (algo similar me pasó con el enchufe del baño en Holanda), así que tendré que comprar un adpatador cuando llegue a Washington (¡ni a palos compro uno en el aeropuerto!). (Actualización: compré un adaptador y carga perfectamente: era eso nomás)

Miami - Washington

Los controles para entrar en el segundo avión se zarparon de exigentes. Nos hicieron sacar hasta las zapatillas y el cinturón, y encima me revisaron con el aparatito manual, porque saltaba el detector por el botón de metal del vaquero. Una porquería.

El viaje fue sin inconvenientes, y ya en Washington agarré las valijas en la salida del aeropuerto, sin más controles. Fui hasta el mostrador de SuperShuttle que es el transporte por tierra que me contrató la gente de la Fundación, y les dí mi código de reserva. En seguida salía una camioneta que me podía llevar y por fin salí del aeropuerto.

La camioneta salió, pegó una vuelta, y volvió al aeropuerto: aparentemente justo apareció otro pasajero y como la camioneta no estaba lejos la hicieron volver. Al primer pasajero que dejaban era a mí, supongo que por el recorrido a realizar. El chofer llegó a la zona indicada pero no encontraba la calle en cuestión. Le pasé mis planos, y más o menos llegó a una calle que se llamaba Perry, pero la numeración no llegaba a la indicada (la calle se terminaba en una rotonda). Cuando salimos de esa cortada nos dimos cuenta que era Perry PL y nosotros debíamos ir a Perry ST.

Por fin agarró mi mapa una señora (el último pasajero que fuimos a buscar) y fue guiando al chofer hasta que encontramos la calle. Llegamos a la altura que tenía anotada yo y todo lo que vimos fue una casita. Linda, pero para nada lo que esperaba (que era algo como un hotel). Llamé por teléfono pero no atendía nadie. Entonces la señora, preocupada, me dejó su teléfono para que la llamara si se me complicaba, "no quiero que andes de noche solo por acá, cualquier cosa me llamás". Luego del agradecimiento de rigor, me bajé de la camioneta, bajé la valija y la camioneta se fué.

Golpeé la puerta y no salió nadie, :(. Ahí estaba yo, en Washington, pensando que me habían cagado con el hotel, y solamente con el último recurso de llamar a la Fundación para que me rescaten. Llamé de nuevo al teléfono que tenía del hotel, y esta vez sí me atendieron: un tipo diciendo que estaba a unas cuadras que ya llegaba.

Cuando llegó me mostró la casa, que no era más que una casa normal donde a mi me correspondía una habitación. Estaba linda, pero no tenía internet. Yo le insistí, porque en la web decía que sí tenía, y me llevó a otra casa a cuatro cuadras de distancia. Esta era aún más grande (ya van a ver el video), dos plantas, tres dormitorios, dos livings, un comedor, ¡hasta un piano tiene!. Y encima, estoy solo, así que tengo toda la casa para mí, :D. Decidí quedarme en esta casa, así que fuimos a buscar las valijas a la otra. En lugar de traerlas a la nueva casa, nos fuimos a un bar a tomar una cerveza.

Al bar que fuimos, que es dónde estaba el tipo cuando lo llamé, es un típico bar yanqui, con una docena de viejos negros, algunos muy gordos, el resto muy flacos, de entre 70 y 80 años. La verdad, ¡no se les entendía nada! Pero eran macanudos, y la pasé bien. Luego fuimos a otro bar, bastante más lejos. Este era el típico bar irlandes, con gente jóven, y muy lindo también. Había una mesa que tenía como un preparado caliente para empanadas de carne, algunas ensaladas, y papas fritas tipo snack pero como para acompañar la comida. Rico, así que me eché en el estomago un buen plato. Luego fuimos a otro bar, enfrente. Este era más familiar, y también estaba lindo.

Al final me trajo el tipo hasta la casa, descargamos las valijas, y acomodé todo un poco para irme a dormir, que al otro día ya tenía que arrancar en los Sprints de PyCon 2005, ¡a las 8 de la mañana!

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Paseo por Madrid y alrededores

Realmente debía esto desde hace tiempo, pero no tuve mucho tiempo. Nada, acá está.

Jueves

El jueves nos fuimos de Holanda. Germán salía más tarde, ya que se quedaba en Europa de vacaciones, pero Estela y yo nos teníamos que tomar el avión a Madrid a las ocho y media de la mañana. No parece muy temprano, pero tengan en cuenta que teníamos que viajar hasta el aeropuerto y estar allí dos horas antes.

El vuelo hasta Madrid fue sin novedad: el mismo servicio de porquería que el anterior y dormí casi todo el viaje. Cuando llegamos a Madrid me fui por mi lado porque Estela seguía camino a Buenos Aires, pero yo me quedaba allí. Busqué la valija (tardó bastante en salir) y fuí hasta la "Consigna", que es como llaman en España al lugar donde están los lockers para dejar el equipaje. Dejé allí la valija y la laptop; me quedé solamente con la mochila, donde tenía todo lo necesario para los cuatro días en Madrid.

Siguiendo instrucciones de Javier fui hasta el metro y compré un boleto de 10 viajes, que es bastante más barato que comprarlos de a uno. Me tomé el metro, hice las combinaciones necesarias (me subí en la linea 8, luego combiné con la 10 y luego con la 1) y me bajé en la estación Sol, a tres o cuatro cuadras de la Plaza Mayor. Fui hasta allí a buscar la oficina de turismo, donde me entregaron un mapa de Madrid, una revistita con la movida turística/cultural, y una lista de hostels (tambien mal llamados "albergues juveniles").

A uno de estos hostels fui, y como me gustó la onda que tenía, me quedé allí. Me asignaron una habitación de cuatro; mis compañeros eran un inglés que se fue a Australia de chico y ahora a los 50 años estaba haciendo el viaje de su vida por Europa (3 meses de paseo), una chica israelí que había estado paseando por Argentina con el hermano, y un muchacho de no me acuerdo cual ciudad cercana a Madrid, que estaba paseando un poco. El hostel tenía un gran baño (mixto), y algunos chiquititos individuales. La cocina tenía dos heladeras, tele, horno, hornallas, microondas, pileta, tostador; en resumen, bien equipada (a mi lo que más me importaba era poder calentar agua para el mate). Sorprendente la cantidad de argentinos que había en ese albergue (alrededor de un 10% de los hospedados más uno que trabajaba allí).

Luego de acomodarme y medio vaciar la mochila en un locker, me fuí a caminar un poco por Madrid. Plaza Mayor, Puerta de Toledo, diferentes hitos turísticos fueron los puntos visitados. Volví luego al hostel, me bañé, y me fuí para el Fnac, que es una especie de centro comercial, en cuyo piso de libros (el cuarto) me iba a encontrar con Javi. Lo esperé allí mientras hojeaba libros y revistas, y cuando vino nos fuimos a pasear.

Plaza Mayor

Fuimos a los jardines reales, donde recorrimos poco porque ya estaba oscureciendo, y pasamos por la Catedral de Almudena. Luego de caminar un poco por las cercanías decidimos ir a comer. Yo sabía que en Atocha había unos lindos lugares que parecían bien "locales", y Javi estuvo de acuerdo con ir a comer allí (a uno que conocía él, que es un clásico). En lugar de tomar por avenidas, caminamos por las callecitas internas de la ciudad, que al estar en una zona curva nos complicaron bastante la vida (¡cada cuatro o cinco cuadras debíamos consultar el mapa!). Finalmente llegamos y comimos unas rabas que estaban un montón.

Seguimos paseando luego, plaza del Neptuno, Cibeles, Palacio de las comunicaciones, etc, y finalmente decidimos volver al centro de la ciudad, para encontrar un lindo lugar donde comer o tomar algo. Termiamos en un barcito que estaba lindo, yo tomándome unas "cañitas" (vasitos de cerveza tirada) y Javi un refresco. Ya era tarde, y como yo estaba molido por el largo día, y Javi al otro día trabajaba, nos fuimos a dormir.

La Cibeles

Viernes

El viernes me levanté tempranito, y desayuné en la cocina del hostel, calenté agua para el mate, y salí a caminar. La Biblioteca Municipal, el Colón, la Biblioteca Nacional. Este fue un día más de interiorizarme en la ciudad. Caminé por lugares no tan turísticos (básicamente donde no hay mucho para ver más que la ciudad misma), me senté en varios puntos de la ciudad para ver pasar la gente, etc.

Más tarde, y luego de averiguar por reproductores de mp3s en varios lugares, volví al hostel para bañarme. Javi me pasó a buscar por allí y salimos nuevamente a caminar. El quería merendar, pero como caminábamos y caminábamos para encontrar un lugar, se hizo tarde, y decidimos entrar a un negocio de comidas rápidas árabes para comer algo.

El Oso y el Madroño

Seguimos paseando, y como hacíamos a tiempo para llegar antes de que cierre, nos fuimos hasta un centro comercial de las afueras, donde finalmente me compré el bendito reproductor. Notable la diferencia de alturas que hay entre el centro de Madrid y sus afueras: para llegar al centro comercial viajamos en subte. En la estación que lo tomamos bajamos tres escaleras mecánicas laaaargas, más algunas pequeñas escaleras normales. Pero cuando el subte llegó a la zona periférica de la ciudad, ¡salió a la superficie! (consideren que el subte no va subiendo y bajando mucho en su recorrido, sino que más bien se mueve en un plano).

Luego de salir del centro comercial teníamos hambre, pero decidimos volver primero al centro de Madrid y comer allí. Esta vez elegir un lugar fue fácil: fuimos a un Vips. El problema fue elegir cual Vips, ya que en el primero que fuimos había mucha gente, y enfilamos para otro. En el segundo había más gente que en el anterior, con lo que seguimos caminando. Finalmente llegamos al tercero, y comimos allí.

Para continuar la noche decidimos buscar un bar donde tomar algo, y comenzamos a caminar. Pasamos por distintas zonas donde habían distintos tipos de movidas, pero no nos quedamos en ninguna. Se iba haciendo tarde, pero nosotros seguíamos recorriendo Madrid, hasta que encontramos un botellón (un montón de gente que se reúne al aire libre, en una plaza, por ejemplo, y lleva sus propias bebidas, música, etc; están un poquito prohibidos (EDITADO: la url no existe más), pero igual se hacen), y nos quedamos allí un muy buen rato, hasta que volvimos a una avenida cercana donde nos separamos y nos fuimos a dormir.

Sábado

Me volví a levantar temprano, pero no tanto. Desayuné, calenté el agua para el mate, y salí para la casa de Javier. Metro, una combinación, y ya estaba en su barrio. Seguí el mapa que habíamos hecho la noche anterior y llegué sin problemas.

Conocí entonces a las compañeras de piso de Javi: Patricia, con su hija, y dos chicas más que no me acuerdo los nombres. Javier tiene una pieza y un baño que usa él sólo, pero son amplios y cómodos. Probamos entonces el reproductor de mp3 en la computadora, y me quedé tranquilo porque funcionaba todo ok, contento porque al usarlo me gustó aún más el producto, y encima salí ganando porque Javi me pasó un CD que no conocía, pero que está bueno, especialmente las letras. No coincidimos mucho con él sobre los gustos musicales, pero sí en este caso.

Salimos entonces a pasear. Nos tomamos un colectivo hasta cerca del intercambiador de la Avenida de América, en dónde nos tomamos un micro de media/larga distancia para viajar hasta Alcalá de Henares. Cuarenta minutos de viaje, pero como íbamos charlando y el paisaje estaba bueno, se pasó enseguida. Llegamos como a las dos y media de la tarde, y por supuesto la principal preocupación fue comer, así que estuvimos un buen rato buscando un lugar que nos gustara. Al final lo encontramos y comimos (muy bien, por cierto).

Alcalá de Henares

Luego seguimos paseando, pasamos por la oficina de turismo, y con mapa en mano enfilamos para la Universidad de Alcalá, donde contratamos un paseo en la que una guía turística nos fue explicando cosas muy interesantes sobre la historia de la Universidad. Realmente recomendable.

Después del paseo volvimos a la plaza principal, donde se estaba armando una movida interesante: el 2005 es el cuarto centenario de El Quijote, y la ciudad de Alcalá, cuna de Cervantes, está como de fiesta todo el año. Así que "conocimos personalmente" a Cervantes, el Quijote, y hasta al mismísimo Sancho Panza. Durante toda la noche fueron proyectando informaciones e imágenes varias en la plaza, y en otros edificios de la ciudad proyectaban... ¡directamente el Quijote! No es para leerlo en un día, pero un poquito cada noche...

Seguimos caminando por la ciudad, caminando y caminando, hasta que decidimos detenernos en un lugar a tomar algo, y luego gracias a gente del lugar llegamos a un pub que estaba muy bueno, donde pasaban rock. Estuvimos allí escuchando música hasta que comenzaron a pasar por la tele el incendio del edificio Windsor. Entonces salimos preocupados, temiendo que haya sido un atentado (luego nos enteramos de que había sido "solo" un accidente), y nos tomamos el micro de vuelta.

Ya en Madrid nuevamente nos tomamos un nocturno (un colectivo, bah, pero los que pasan a la noche se llaman así y tienen otro recorrido), que nos acercó a ambos, pero a distintos puntos, y nos fuimos a dormir.

Domingo

Ya el domingo me levanté a cualquier hora (bah, las diez y media, pero luego del límite para desayunar). Me bañé, cerré mi estadía en el hostel, calenté agua para el mate y me despedí de la gente de allí.

Cuando salí a la calle, lo llamé a Javi y arreglamos para encontrarnos a la una en la esquina del Museo del Prado. Tardó un poquitito de más (ejem...), pero finalmente llegó y entramos al museo (los domingos es gratis, :)

Comenzamos a recorrer las obras (¡descubrí a Velázquez!), hasta que llegó Mariela, una amiga de Javi. Seguimos recorriendo, ahora los tres, hasta que el hambre fue más fuerte que el interés artístico, entonces nos fuimos (aunque primero pasamos, por recomendación de Mariela, por el tríptico "Jardín de las Delicias" y por "Los Siete Pecados Capitales", de El Bosco).

Vista del jardín de la Villa Médici en Roma, por Velázquez

Comimos, y luego fuimos a pasar por los Jardines del Retiro, un gran parque en el que nos refugiamos a la búsqueda de sol, ya que la temperatura ambiente era cada vez menor. Estuvimos paseando por allí, disfrutando de algunos artistas callejeros, tomando sol, etc., hasta que comenzó a atardecer.

Luego nos tomamos un café (bueno, yo lo tomé, la idea era comer un brownie, al que buscamos por cuatro lugares distintos, entrando, sentándonos, saliendo a buscar otro, etc.; Javi se tomó un helado y Mariela sólo el brownie). Luego Javi me acompaño a tomar el avión, y asi terminaron unos cuatro días bastaaante ajetreados en Madrid.

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Duro y parejo con el cine

Bueno, al fin puedo postear de nuevo. La verdad es que no estaba imposibilitado de hacerlo, pero sí de subir y/o modificar archivos en mi hosting (como por ejemplo, la lista de películas o las imágenes que ven aquí en general).

Esto era porque la empresa que me provee el servicio de hosting (Dattatec), aunque buena en general, tiene la maldita costumbre de tocar configuraciones sin avisar. Y habían cambiado el permiso de un directorio. Y no me funcionaba la aplicación que tengo para subir archivos.

Pero ahora estoy de vuelta, y ahora puedo terminar de armar el post sobre mis cuatro días en Madrid.

Por lo pronto, actualicé la lista de películas, en la que saqué las que vi y agregué "National treasure", "Snatch" y "Birth".

Con respecto a las que vi:

  • Mar adentro: +1

  • Finding neverland: +1

Y no es que sea generoso calificando, sólo que son buenas, y que haya visto tres al hilo que sean +1 es en parte mérito de Vivi,  que dentro de la lista que yo había publicado, eligió estas últimas dos.

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Películas

Actualicé el listado. Agregue las dos "Toy story"s, los tres "The Godfather"s, y "León" (no van a saber cuál es esta; acá se tradujo con un título que no tiene nada que ver). Saqué "Closer", que vi ayer.

No voy a comentar las películas, no me gusta hacerlo. Pero sí las voy a calificar. No voy a empezar con eso de "cuatro circulitos", "ocho estrellas", y boludeces así. ¿Qué significa que una película tenga un 7.3?

Las voy a calificar de la siguiente manera:

  • -1: No me gustó. Perdí el tiempo mirándola.

  • -0: Más o menos. No la vería de nuevo. Es como para verla por cable un día que no haya otra cosa, pero nada más.

  • +0: Está buena, pero nada más. Para alquilar o ir al cine, pero no esperando gran cosa.

  • +1: Me encantó. Muy buena. Para verla de nuevo.

Me gusta este sistema porque, primero, no tiene punto medio (obliga a comprometerse para uno u otro lado), y porque son cuatro posibilidades nada más (es claro y conciso).

Advertencia: Esto es subjetivo. Esa es mi calificación. Corresponde a mis gustos (y ya saben como son mis gustos...).

Bien, entonces... Closer: +1

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