El finde pasado nos fuimos con Moni a Chile, a pasear un poco.
Es el primer viaje que hacemos sin niños después de esta semana (si es que se puede considerar que ahí también estábamos todavía de a dos).
La gran ventaja de ir sin niños es que básicamente no teníamos que ocuparnos de nadie más que de nosotros :D. Íbamos a donde queríamos, comíamos a la hora que queríamos, nos levantábamos o acostábamos a la hora que queríamos, etc. Lo que hace una pareja sin hijos, bah...
Paseamos a morir. Hicimos base en Santiago, pero todo un día lo pasamos en Valparaíso.
A Valparaíso fuimos y volvimos en micro. Cuando llegamos, lo primero que hicimos fue tomarnos un bondi hasta La Sebastiana, la casa que tenía Neruda en esa ciudad. La recorrimos con ayuda de una audioguía, ¡buenísimo! Nos encantó.
Despues salimos y caminamos un montón, paseando, parando para almorzar, y seguimos caminando, recorriendo los cerros, subiendo por un funicular... en general muchas escaleras, muchas subidas y bajadas, ASÍ teníamos las pantorrillas...
Terminamos llegando al puerto, donde paseamos un poco por una feria e hicimos la merienda. Luego un trole hasta el centro de la ciudad, y el micro de vuelta a Santiago.
Los otros tres días los pasamos en Santiago, aunque no fueron enteros por los viajes para llegar e irnos de Chile.
Paseamos bastante también, y no solamente por shoppings como parece ser costumbre de los argentinos que están por allá (?). Estaba toda la ciudad muy influenciada por las Fiestas Patrias, que es algo que allá es muy importante.
Paseamos un rato por el centro, pero justo el sábado y estaba todo bastante cerrado. Fuimos al Mercado Central también, en donde comimos ricas comidas basadas en pescados y mariscos.
También subimos al Cerro Santa Lucía, un lindo paseo que no completamos del todo porque no nos daba el tiempo restante para subir y recorrer todo el castillo que tiene en su parte superior. Pero paseamos por toda la zona y aledaños, así como también en el barrio de Bellavista, donde almorzamos en la Cervecería Kunstmann, super recomendable!
El paseo había arrancado en La Chascona, la casa de Neruda en Santiago. La visita (y recorrida con la audioguía) es algo que también aquí vale mucho la pena. Esta casa, como la que mencioné antes, y la de Isla Negra que nos debemos, son mantenidas y expuestas por la Fundación Neruda, y hacen un excelente trabajo.
Si tengo que resaltar algo feo de Santiago/Valparaíso, además que la primera es una "ciudad grande" que a priori no me gustan, es que el cablerío que se ve en los postes en la calle es sorprendente, no se entiende como puede ser que hayan tantos cables ni para qué están. Parece ser que es porque los ponen y luego cuando los dejan de usar no los sacan, también parece que se va a solucionar eventualmente.
Lo otro que noté es que todo está pintarrajeado, a nivel grafiti/vandalismo. Pero no sólo paredes. Todo. Colectivos, ventanas de casas particulares, negocios pequeños y grandes. Todo.
Las fotos de todo el viaje, acá. Con Moni tenemos que hacernos más de estas escapadas, son reconfortantes :)