Relación costo beneficio

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Acabo de llegar a una conclusión, de esas apuradas, donde la certeza se ve reforzada por el no tan completo análisis científico que implica una corazonada.

La comida que más beneficio me da en función del costo (precio de los componentes, complejidad del laburo y tiempo de cocinero) es el pollo al horno con cebolla.

El proceso de armado del plato es, obviamente, sencillo.

Cómprese un par de "patamuslos" en la pollería amiga. Si es de pollo de campo, mejor. Yo en Italia lo hacía con pavo, y estaba igual de bueno. Cómprese cebolla. Se asume que en casa hay aceite neutro (girasol, ponele), sal y pimienta.

(se escuchan ruidos de frenada) Perá, ¿qué? ¿Nada más? No, nada más.

Agárrese una fuente, póngase un poco de aceite en la base (como para que no se pegue, apenas), acomódense las presas de pollo así nomás. Pélese y córtese las cebollas en partes grandes (si son cebollas chiquitas, en mitades; si son medianas, en cuartos; si son grandes, en octavos; y así). Revoléese las cebollas así nomás en la fuente, entre los huecos dejado por el pollo.

Métase en el horno, ya caliente. Una hora. Dese vuelta un poco todo. Salpiméntese. Déjese un rato más hasta que quede doradito doradito. Ante la duda, dejar un rato más.

Disfrútese.

Lleva menos laburo hacer esta comida para cuatro que lo que me costó hacer este post en el tiempo verbal pelotudo de ese pseudo presente-imperativo-en-tercera-persona que no sé como se llama.

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