Una vez más fui por laburo a Londres. Como las otras tres veces, me quedé una semana, viajando los fines de semana, y dejando libres para pasear un poco la tarde del domingo, la mañana/tarde del sábado, y los días de semana luego de las 18.
El tema es que esta vez el viaje fue la primer semana de Diciembre. Y en Londres está terminando el otoño. Y están muy al norte. Resultado de todo esto: a las cuatro de la tarde empezaba a anochecer :/. Pero eso no evitó que paseemos algo (¡mercados!) y que recorramos lugares de comidas y bebidas.
Gastronómicamente, este viaje se lució. Todos los días nos tomamos una cerveza en algún pub inglés. A veces menos, a veces más, y conociendo distintos bares. Y a nivel comidas, muy bien también. Cenamos indio el domingo, tailandés el lunes y coreano el martes (el miércoles no llegué a cenar porque estuve de compras, el jueves fue la fiesta de fin de año de la empresa, con comidas variadas para picar parados, y el viernes comí comida inglesa... dos puntos sobre cinco, como siempre).
Los almuerzos también se destacaron. Bah, desde el jueves, que conocimos el Borough Market, un lugar bárbaro para comprar un montón de ingredientes, pero donde también tenés comidas listas para comer. El jueves comí sánguche de pato, el miércoles hamburguesa de cordero con menta, y el sábado chancho deshilachado a la barbacoa.
El sábado con Guillo nos fuimos a otro mercado, el de Bricklane Street. Este es más de ropas, antigüedades, cosas artesanales y vintage, todo muy hipster, todo muy loco. No es mi target, pero igual compré un par de regalitos y algo para la casa
Todas las fotos, acá.