Finalmente luego de tanta espera, el 3 de Octubre nació Felipe, :D. Fue por cesárea (ver abajo), pesó 3616g, nació a las 14:27.
El parto
El viernes tuvimos el último control con la obstetra, y en función de la presión alta de Moni y el no borramiento del cuello del útero, decidió que entráramos el sábado a la mañana para inducción.
Entramos a la maternidad a las nueve y media de la mañana, y luego de un simple control y algo de papelerío, empezó el goteo de la droga que induce las contracciones. Como no tenían habitación común arrancamos directamente en la sala de parto.
Básicamente la llamada inducción es que ponen a la madre conectada a un aparato que mide la presión en la panza y los latidos del bebé, y empiezan a suministrarle algo (no sé exactamente qué) a través de una vía en el brazo (el típico suero de agua destilada con un poco de azúcar, más la droga que se inyecta en el sachet ese y va goteando).
A las tres horas, luego de muchas contracciones, el cuello del útero estaba igual que antes, así que la obstetra decidió ir a cesárea. Entonces llevaron a Moni al quirófano, mientras yo me tuve que ir a un cuartito de espera porque no podía estar mientras la preparaban. Luego pasé a la sala, y me hicieron ir rapidito a la parte de atrás, en la cabecera de la camilla, donde podía hablar con Moni (la anestesia es parcial). También estaba de este lado la anestesista, y separados por una tela verde, el resto del cuerpo de Moni con la cirujana (nuestra obstetra misma, Lá) y sus ayudantes, quienes realizaron la operación.
Al momento de sacar a Felipe (que empezó a llorar antes de estar afuera), lo limpiaron un poquito y enseguida nos lo mostraron. Luego le cortaron el cordón umbilical, y la neonatóloga se lo llevó para todos los controles, conmigo atrás.
En neonatología le hicieron varias pruebas, lo bañaron, le dieron la vacuna contra la Hepatitis B y también vitamina K. Lo vistieron, y ahí mismo lo alcé por primera vez y me lo llevé al quirófano, donde seguían trabajando. Con la ayuda de la anestesista pusimos a Felipe sobre los pechos de Moni, para que tenga contacto de piel con la madre, un momento muy emocionante.
Luego terminaron de coserla y prepararla, y ya la pusieron en camino a la habitación. Al bebé se lo llevaron a la nursery, y yo me fui a cambiar y buscar las cosas, y también subí a la habitación en la que estaríamos los próximos días.
Crash course
Un crash course es un curso rápido e intensivo. Yo he tenido alguno así, pero no fue nada comparado con esto.
La prioridad los primeros días es la alimentación del bebé, y el curado de la madre luego de la cesárea. Esta segunda parte fue la más sencilla, porque las enfermeras son las que cambian vendas, limpian, etc. Yo sólo la acompañaba al baño o ayudaba a bañarse. El detalle importante es que ella estaba imposibilitada de un montón de laburo físico.
Todo lo que era lavar cosas del bebé y la mamá, preparar cama, ropa, cambiar el bebé, todo todo el trabajo de mantenimiento recaía en mí. No es que me quejaba, pero llevaba el 100% del tiempo. Todo el día, excepto lo usado para comer, dormir, higienizarme, y ayudar en la teta, estaba dedicado al mantenimiento de mamá y bebé para que pudieran ellos dedicarse a lo importante del asunto. (ver más abajo algo sobre esto)
¿Y qué es lo importante? Que el bebé coma. La maquinaria hormonal que se desata tanto en el bebé como en la madre a partir de tomar la teta es complicada y tiene determinados pasos que hay que recorrer parejo para maximizar una buena alimentación.
Por lo pronto, el bebé al nacer tiene resto en las baterías para funcionar durante un día sin problemas, pero se tiene que prender a la teta enseguida, porque toma calostro de la misma, y también genera las señales correspondientes al cerebro para que la teta comience a fabricar leche (la leche definitiva, que empieza a salir luego de 4-5 días, y es altamente grasosa y alimenta muy bien al bebé).
Decía que al principio sólo toma calostro, que le proporciona al bebé un conjunto de químicos que realmente necesita al principio, y también ayuda a limpiar el meconio (caquita que arrastra el bebé de su período de gestación), pero no alimenta. Incluso el bebé adelgaza estos primeros días (Felipe bajó un 12% de peso, el límite de lo recomendable).
Anécdota... la primera vez que le cambié el pañal (yo lo cambié siempre en la clínica, porque Moni estaba en reposo), que es cuando larga la primer parte del meconio, no era que tenía caquita de bebé... era más bien el accidente industrial de una petroquímica... ¡y encima me piyó todo mientras lo estaba cambiando!
Sigamos... entonces, uno de los problemas es que el bebé no se prende a la teta y ya, como si fuese magia... la madre tiene que aprender a dar la teta, y el bebé tiene que aprender a tomarla. Sí, la naturaleza tiene todo armado como para que esto no sea extraño y bastante intuitivo, pero ni ahí que esté todo el problema resuelto.
Hay varias posiciones para tomar la teta, cada una con ventajas y desventajas, si el bebé se cansa demasiado al tomarla hay que estimularlo, todo en función de como se adapta ese bebé a la forma de la teta y del pezón, etc.
El caso particular de Felipe es complicado, porque tiene succión aplanada, con lo cual le cuesta mucho tomar la teta... aunque Moni tiene leche, Felipe se agota antes de alimentarse bien, con lo que no come lo que debería, luego se agota más, come menos, etc... un círculo vicioso que una semana después del nacimiento estamos tratando de revertir con mamadera y algo de leche de fórmula.
La función del padre
Lo mejor que puede hacer el padre es ayudar a la madre a estar con el hijo. No hay que sentirse excluido, hay una relación especial entre ellos los primeros 30 a 40 días, un camino de simbiosis que tienen que recorrer para separarse luego de manera sana.
Así como luego hay que ayudar a separarlos, en las primeras semanas hay que acompañarlos, contenerlos, ayudarlos... disfrutarlos todo lo posible, pero siempre teniendo en cuenta lo especial del asunto.
El padre las primeras semanas tiene que ser el Jefe de Operación y Mantenimiento de la casa. Que él lave el baño (por ejemplo), o que él se encargue de que el baño esté limpio tercerizándolo de alguna manera, pero haciendo que la madre no tenga que ocuparse (ni preocuparse) de eso.
Lo importante
Finalmente, vale aclarar que todo lo anterior son cosas técnicas importantes pero no vitales. El meollo del asunto es que la paternidad o maternidad es algo fantástico.
Te embarga una felicidad maravillosa, alucinante. Con Moni lo miramos y se nos escapan las lágrimas de alegría.
Todo ahora brilla un poco más.