PyCamp 2009

Se realizó la segunda edición del PyCamp, nuevamente en Los Cocos, como la vez pasada.

Sábado

Esta vez llegamos un poco más tarde y el centro Allen ya estaba abierto, así que entramos directamente y nos empezamos a acomodar. Dejamos las cosas en las barracas, boludeamos un ratito, y ya empezamos a desayunar.

Luego del desayuno (o casi terminando), arrancamos con la planificación de los cuatro días, pero en lugar de armar una grilla pusimos todos los proyectos y luego los distribuimos por zonas horarias. Al terminar esto (que no es trivial), boludeamos un rato y ya almorzamos.

A la tarde arrancamos con el proyecto que más me interesaba: la CDPedia. Nos juntamos alrededor de una mesa, les pasé a todos el código (así no cargábamos la red), y les fui contando los objetivos del proyecto, la estructura en disco, y la forma de laburo de los componentes. Discutimos distintos acercamientos a distintos problemas, vimos posibles soluciones, intercambiamos ideas, abrimos bugs, y un montón de detalles más, pero en general la idea fue que muchas personas se familiaricen con el proyecto, para que sigan laburando los días siguientes.

Luego de cenar llegó la parte más lúdica del campamento: aquí la mayoría dejamos de programar y nos ponemos a jugar a cualquier cosa: juegos de cartas, de mesa, por computadora, etc. Yo tenía muchas ganas de jugar al Virtua Tennis, un muy buen juego de tenis, pero que sólo corre sobre Windows. Con Perrito lo intentamos correr en una máquina virtual, pero no tuvimos demasiado éxito. Luego lo instalamos en el Linux mismo, usando Wine, y aunque era jugable (tenía el problema que no le funcaba el sonido), no nos sirvió para nada porque explotaba cuando queríamos armar un partido entre dos computadoras a través de la red. Y, como la idea era jugar en grupo, decidimos buscar otra cosa.

Jugando al Catán

Saqué el Catán, un juego de mesa muy copado del que ya hablé acá, y lo disfrutamos un par de horas. Como nota de color, fue la primera vez que compartimos un Legui con Perrito (siempre hablamos de esto en el canal de PyAr). Nos quedamos como hasta las dos de la mañana, y disfrutamos mucho la partida.

Domingo

Al otro día me levanté tempranito, y luego de desayunar me puse a laburar con la CDPedia, sólo y en grupo.

A la tarde arrancamos con el diseño del reemplazo de naushika (el bot que estamos usando en el canal de IRC de PyAr). naushika es un bot armado hace rato, y usa una plataforma un poco vieja y que ya no está mantenida. Y cómo queríamos agregarle bastante funcionalidad, decidimos que íbamos a escribir un Bot de IRC, al cual se le pudieran poner de forma muy fácil distintos plugins para lograr la funcionalidad deseada.

Bastantes estábamos interesados en este proyecto, así que usamos un pizarrón para discutir el diseño. Lo sacamos hasta abajo de un árbol, y nos pasamos la tarde armando esto, hasta que finalmente comenzamos a programarlo (para los más técnicos: usamos Twisted, que ya nos da un cliente de IRC, y armamos algo genérico con un sistema de plugins autoinstalables que se registran en un dispatcher y reciben los mensajes que quieren, contestando lo que se enviará al server).

Diseñando lalita

En todo el diseño, perdimos una buena parte de tiempo eligiendo el nombre del nuevo bicho, ya que como iba a recibir una reescritura de cero no nos parecía que siga con el mismo nombre que antes. Queríamos que el nombre pareciera de mujer (porque es más simpático, porque tenemos pocas mujeres en el canal, y es muy divertido cuando la gente le quiere hablar sin saber que es un robot), pero también queríamos que tenga algún sentido geek. Luego de pasar por numerosas propuestas de nombres de víboras, terminamos yéndonos para el lado de una serie de televisión que nos gusta mucho: The Big Bang Theory. En esta serie, uno de los personajes presenta a la que es su predestinada futura esposa, que se llama Lalita Gupta. Así que le pusimos lalita.

Luego de cenar, y con una fuerte lluvia afuera, hicimos la reunión de PyAr, donde discutimos la organización presente y futura del PyCamp mismo, y cómo íbamos avanzando con PyConAr, ideas, inquietudes, problemas, desafíos. Luego de la misma, seguí laburando con lalita hasta que me venció el sueño, como a las 2 de la mañana.

Lunes

El día amaneció seco, pero bastante fresco, al punto que yo, que estaba de bermudas y remerita, tuve que dejar de programar abajo de un árbol y meterme adentro un rato antes de comer, porque tenía frío. La actividad matutina en la que participé fue un Bug Day de Python, que estuvo medio frustrado porque la conectividad no era la mejor (encima tenía bloqueado un puerto de la red que me era imprescindible para trabajar con esto), pero al menos cerramos un bug luego de un extensivo análisis de Humitos.

Justo antes de comer hicimos la foto grupal del evento. Este año pudimos hacerla al aire libre, ya que aparte de la bandera que colgamos en la pared teníamos un cartel que podíamos mover de un lado para el otro.

Foto grupal

El resto del día lo pasé programando a lalita, y jugando bastante ping pong (de a ratos, armábamos dos o tres partidos, parábamos, luego volvíamos a jugar un par más;, y así). También tuve algunas conversaciones de diseño con otros chicos que seguían laburando con la CDPedia.

Luego de comer, volvimos a jugar un Catán, pero esta vez lo regamos con unos vinos que habíamos comprado. Ya me estaba yendo a dormir cuando me distrajeron con un nuevo ping-pong, y al terminar el mismo me enganché a jugar un juego de rol que estaba liderando Alecu (juego que me encantó, vamos a ver si coordino alguna vez juntarnos en casa con esta excusa). Terminamos a las cuatro y media de la mañana y me arrastré como pude hasta la cama, casi caminando dormido...

Martes

El martes me levanté más tarde, me pegué un baño tranquilo, y al poco de ponerme a trabajar algunos chicos avisaron que iban a ir a un parque que hay en Los Cocos, donde hay un laberinto que es bastante conocido. Yo tenía ganas de ir, así que emprendimos viaje (caminando, porque está a unas diez cuadras largas del lugar donde paramos). El lugar estuvo muy bueno, con buenas vistas y cosas lindas para sacarles fotos (charlamos bastante sobre fotografía con Dave). El laberinto, en particular, estuvo muy divertido: está armado con ligustrina (la cual tiene metro y medio de altura), se entra por un costado y hay que llegar al centro, y no fue tonto resolverlo (aunque tampoco tan complicado, porque éramos cinco e íbamos explorando distintos senderos en paralelo).

Volvimos justo para almorzar, y luego seguí trabajando con lalita hasta que nos pusimos a trabajar en una idea muy loca que tuvo Perrito: la de sacarnos una foto simulando La Ultima Cena, de Da Vinci. El resultado estuvo muy bueno, como podemos ver aquí, pero tengo que destacar que cuando al grupo se le pone una idea en la cabeza, ciertamente encuentra los medios para resolverlo.

La última cena... Da Vinci, dejá de copiarnos

Luego me fuí a acomodar la valija, para tener todo listo y medio cerrado, y seguimos laburando con lalita hasta que se hizo el momento de partir. Terminamos de armar todo, saludamos, y caminamos las cuadras hasta la parada del micro, y ya volvimos a Buenos Aires.

Todas las fotos, aquí.

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