La última semana la pasé en una gran reunión de trabajo en California.
El contingente argentino de Canonical salió por partes. Particularmente, viajé con Lucio en el primer tramo, y con también John en el segundo. Llegamos el domingo a la mañana, pasamos a buscar el auto de alquiler que habíamos reservado, y fuimos al hotel. Hicimos el check in, y salimos a pegar un par de vueltas, caminando, en las cercanías. Al rato volvimos al hotel y ya nos encontramos con Guillo que llegó pasado el mediodía. No sólo estábamos nosotros en el hotel, sino también todos los empleados de Canonical que no vivían cerca, lo cual creaba un ambiente "muy de conferencia geek" (¡buenísimo!).
Almorzamos en un lugar de comidas tailandesas, y ese fue el comienzo de un pequeño turismo gastronómico. A la noche cenamos en un lugar de pescados. El lunes, comida coreana al mediodía, y mejicana a la noche. El martes almorzamos comida india, y ya a la noche no decidíamos nosotros, porque era la cena "reunión de grupo", con todos todos los de nuestro equipo, con gran jefe y todo.
Esos dos primeros días de trabajo los pasamos reunidos en el hotel. Programamos poco y nada (más nada que poco); todo fue una gran sucesión de temas tratados entre todos o en pequeños subgrupos, para definir lo que íbamos a seguir haciendo, planificar, mejorar los procesos, etc. Muy piola.
Los últimos tres días, participamos del UDS de Jaunty. El UDS es una reunión de cinco días que hace Canonical dos veces por año, con gran parte de sus empleados, más algunos invitados (¡foto!). Es abierta, con lo cual el que quiera acercarse puede hacerlo sin problema (en esta oportunidad el evento fue en las oficinas de Google, en California). En esos días se discuten, en distintas reuniones y presentaciones, los próximos pasos de Ubuntu, a mediano y corto plazo.
Decía, entonces, que nuestros últimos tres días fueron parte de este evento, pero no lo utilizamos para ello en su totalidad. Fuimos a algunas charlas interesantes, pero también aprovechamos para programar juntos y hacer algunas tareas que se resolvían de mejor manera trabajando codo a codo. El horario era de 9 a 18, y comíamos en el comedor de Google (si me preguntan, "medio pelo").
El miércoles, luego de trabajar, nos fuimos a visitar el Museo de la Computación. Ahí vimos básicamente una colección de equipos viejos, lo cual era fascinante para el que le gusta, :). Lo más loco es que bastante de eso "viejo" fue vivido incluso por nosotros... Pero lo más impresionante de todo fue la Máquina Diferencial número 2 de Charles Babbage.
Resulta que el muchacho este, en 1822 diseñó primero una máquina mecánica de cálculo diferencial, y luego la perfeccionó, logrando la máquina que acabo de mencionar. Ninguna de las dos máquinas se construyeron, incluso aunque el gobierno puso dinero e infraestructura para ello. Pero Babbage dejó planos muy específicos, y la máquina se terminó construyendo décadas luego de su muerte, ¡en Marzo de este año! La máquina en sí es imponente (vean las fotos en el link de abajo), pero lo que "asusta" es que alguien, hace casi 200 años, pudiera diseñarla en papel de forma tan exacta que cuando se armó funcionó a la perfección.
Esa noche cenamos todos juntos en el mismo museo, en una especie de salón de fiestas. Me encantan esas cenas grupales, porque permiten que charles con un montón de gente, te conozcas, sepas quienes son los otros, etc.
El viernes era el último día de trabajo, y luego volvimos todos al hotel porque fue la fiesta de cierre. Cerveza, tragos, comida para picotear de parados, música, charla charla charla. También hubo música en vivo: aquellos empleados que también hacen música se juntan en estos eventos y tocan todos juntos algunos clásicos de siempre, muy copado. Luego hubo un DJ, con baile, pero para esa altura yo ya me había ido a dormir.
Es que el sábado nos levantábamos a las seis de la mañana, para terminar de cerrar la valija, hacer el check out, pasar a cargar nafta, devolver el auto, e ir a hacer todo el tramiterío aeropuertario. El viaje de vuelta se hizo tan largo como corresponde, :(. Seis horas el primer tramo, diez el segundo (con tres de espera en el medio), pero ya volví a casita!
Ah, ¡fotos!