Una de las mejores cosas de hacer una carrera en una Universidad es el contexto humano. Inevitablemente uno termina armando un grupo de trabajo, y quizás tenga la suerte de armar un grupo de amigos (yo, en particular, he tenido una increíble buena fortuna en este aspecto).
El punto es que uno está rodeado mucho tiempo por personas con los mismos intereses intelectuales, personas que están en un momento de creatividad cerebral, con las cuales te podés poner hablar de cualquier cosa técnica.
Obviamente, el mundo afuera de la Universidad no es así. No todo el mundo es así.
Una de las cosas que más me gusta de Python Argentina es que a través de esta organización he logrado encontrar a un grupo de personas con las cuales me sucede eso mismo que contaba antes. Y por eso es que me gusta tanto que nos juntemos a charlar, ya sea tomando una cerveza, o en una conferencia.
Ayer a la noche, por motivos que no vienen al caso, me junté con Lucio para comer algo y charlar sobre unos temillas. Más allá de eso específico que conversamos, estuvimos hablando de mil cosas. Desde sociología en civilizaciones del futuro, hasta de armar aparatos para dibujar tridimensionalmente.
Incluso terminamos haciendo lo siguiente, en uno de los intercambios de conocimientos (y bueno, necesitábamos dibujarlo):
Que grande Lucio. La pasé muy bien.