Roxana Carabajal se despertó sin la ayuda del despertador. Le resultó extraño, normalmente se despertaba recién a la tercer descarga eléctrica de la almohada. Se despabiló instantáneamente. Aprovechando que estaba desnuda, decidió bañarse. Ni bien se paró, la cama se plegó sobre si misma y se guardo en la pared.
Entró en el cilindro semitransparente, se paró con las piernas medio abiertas y levantó los brazos. Inmediatamente surgieron chorros de agua de todas las paredes del duchador. Contó mentalmente: diez segundos de agua a presión, pausa de cinco segundos, agua enjabonada, pausa, agua para enjuagar, pausa, aire caliente para secarse, aire frío para refrigerar.
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