Este fin de semana fuimos para el sur, a visitar familia de Moni.
El viaje es más largo que cuando vamos al norte: Punta Alta. Salimos del Gran Buenos Aires por la autopista a Cañuelas, y desde allí agarramos por la Ruta Nacional 3 hasta casi Punta Alta.
Salimos el sábado a la mañana, luego de preparar todo, y llegamos bastante tarde. Claro, nos tomamos el viaje con calma, ¡incluso paramos una hora a comer! Fuimos directamente a la casa de Omar y Mary, donde nos quedamos a cenar esa noche (luego de jugar bastante con las nenas, Irina y Victoria).
Al otro día nos levantamos más o menos temprano, y vimos la carrera de F1 con Omar, y luego la final de Wimbledon, en familia, entre charlas y otras actividades. Omar se preparó un asado que estaba riquísimo, y comimos muy bien.
Luego del asado, una siesta, y partimos de visita a Edgardo y Paola. También charlamos mucho, vimos el partido de Argentina, y luego de jugar también con Julieta y Camila, donde nos quedamos a cenar unas ricas empanadas. Después, de vuelta a lo de Omar y al sobre...
El lunes era el último día, y aunque la idea era salir temprano para no llegar muy de noche, estuvimos paseando bastante. Recorrimos algunos puntos de la ciudad, y luego bastante de la base militar. Como pueden ver acá, la ciudad militar es casi tan grande como la ciudad civil, así que no fue un paseo corto, pero sí muy interesante.
Luego del paseo, saludos y despedidas, cargamos el auto, y a la ruta nuevamente. El viaje de regreso nos llevó más de 7 horas: por un lado hicimos rápido porque comimos en el auto, viajando, pero por el otro nos atrasamos mucho al final: habían muchos camiones, y cuando se arman esas caravanas de cinco o seis camiones, se complica pasarlos. El clima estuvo frío, pero con un sol bárbaro durante casi todo el viaje.
Lo fantástico estuvo en la etapa final del viaje, donde empezó una llovizna, y más llegando a Cañuelas, empezamos ver como nevaba. Asumo que se habrán enterado de otras maneras, no leyendo este blog, así que no me voy a extender demasiado con las descripciones, sólo voy a estar repitiendo lo que dijeron tantos otros.
Nunca había manejado bajo la nieve, pero es casi igual que la lluvia (por lo menos la nieve suave que tuvimos aquí). Impresionante ver los costados de rutas y autopistas todos blancos, los árboles, los techos de las casas, etc.
Un fin de semana muy lindo (aunque para ir tan lejos, hacen falta más de tres días), y un final histórico.