Hace un año y medio, cuando decidí dejar Movistar, para ir a Cyclelogic como Jefe de Desarrollo, realmente no pensé que iba a ser por un tiempo tan corto.
Es verdad, dije en su momento que un año seguro, y que luego vería, pero realmente no pensé que serían menos de dos, o tres años.
Pero el agua corre, las supernovas estallan y las hormigas construyen hormigueros (?!), y surgió otra oportunidad en otra empresa.
Esta oportunidad venía a caballo de dos factores que a priori son díficiles de ignorar. Uno es la empresa en sí: Ericsson. Siempre me intrigó saber como sería trabajar en una empresa grande proveniente de una cultura ordenada como la sueca. Es más, tengo como firme propuesta a mi mismo el intentar seguir todas las reglas internas (al menos unos meses, ;), me jodan o no, sin prejuicios, y aprender de su forma de organización, para luego poder aplicar este conocimiento en otros órdenes de la vida.
El otro factor es el trabajo a realizar. En la última etapa en Movistar, el trabajo que hacía se puede resumir en tres grandes aspectos: armar una solución para poder ofrecer un determinado servicio, integrando lo que ofrece el proveedor con lo que ya teníamos en Movistar (red celular, sistema de billing, etc.); ser project manager de toda la instalación de todos los sistemas, coordinando otros sectores de la empresa, servicios de terceros y del proveedor; y por último el seguimiento, ajuste y control del servicio ya instalado, algo de capacitación interna, todo lo necesario para que toda la estructura interna de Movistar soporte el nuevo servicio. Mi trabajo en Ericsson sería hacer la más divertida de esas tres tareas, la más desafiante intelectualmente, y de la que más se aprende, que es la de armar la solución para poder ofrecer el servicio, pero ahora desde el lado del proveedor. Realmente interesante.
Con respecto a Cyclelogic, fue una muy buena etapa. Me alegro mucho de haber recorrido ese camino, tanto por lo que aprendí, como por la gente que conocí. Fueron solamente 17 meses, menos de un año y medio, pero muy intensivos. Trabajamos mucho, pero los resultados se vieron y nosotros mismos los disfrutamos este último cuatrimestre.
Dirigir de manera directa gente que está en otros países y con otras culturas fue toda una experiencia. Conscientemente apliqué siempre una política de transferencia de responsabilidades, a través de la cual permitía que cada uno de los chicos pudiera crecer todo lo que él quisiera, y debo decir que tuvo muy buenos resultados. En algunos casos no estuvieron a la altura de las circunstancias (cualquier mecanismo que te permite crecer todo lo que quieras es complicado cuando no querés crecer), pero en otros presencié toda una transformación (favorable) en estos meses.
Este año y medio fue divertido, y volvería a hacerlo. Eso creo que lo resume todo, :)