Es mejor amar y sufrir, que no amar. Pero si vas a amar, jugate el corazón, sin escatimar ni siquiera ese pedacito que luego te va a salvar de la muerte. El corazón y el culo, a todo o nada.
Al borde del abismo Vi la muerte allá abajo Pero alejarme del mismo Y alcanzar el llano Aunque implique seguridad No te otorga la belleza De vivir
No perder la sonrisa es como una montaña rusa, en un momento podés subir y construir, pero cuando bajás te hacés mierda contra el piso. El truco es saber que rebotás, y podés volver a recuperarla. No es sencillo. Cuesta días. Y podés lastimar a tu alrededor en el proceso, lo cual es peligroso.
Llorar no está mal. Está mal llorar y que el otro se sienta mal por que vos estás mal. Puede ser con razón o sin ella, te puede haber lastimado o no. Pero no transmitas tristeza sólo por el hecho de no poder contenerla. Así y todo, llorar está bien. Algunas lágrimas curan tanto como los besos.
Cuando, al cabo de la calle Rompí mi caricatura
Nunca dejes de decir lo que sentís. Aunque hinches las pelotas, pudras y te manden a la mierda. Podés sentir pelotudeces, podés sentir cosas jodidas, podés sentir cosas nobles, podés tener razón o estar absolutamente equivocado. Pero siempre arrancá tu corazón y dáselo a la persona que amás. Esa persona puede agarrarlo o dejarlo. Y seguro que va a decirte que sos un pelotudo cuando sos un pelotudo, y que sos justo cuando hiciste eso bien.
Pero también el otro puede decirte que mal cuando bien. Es importantísimo saber escuchar, y darte cuenta cuando estás equivocado. Pero también es importante saber escuchar, y darte cuenta de que todavía tenés razón. Y hablarlo. Y sentirlo. Y nunca callarlo.
Loco de pensar, queriendo entrar en razón, y el corazón Tiene razones que la propia razón nunca entenderá ¿Y a dónde voy?, siempre voy a buscar lo que es mío Aunque el planeta termine en un círculo Y el final es en donde partí No llores más, dame la mano, contáme tu suerte De esta manera quizás no sea la muerte La que nos logre apagar el dolor
Es peligroso el jugarte entero. Pero podés ganar. Es un camino difícil de recorrer, pero no imposible. Cuesta, duele, desgasta. Pero aprendés, das y recibís felicidad, y aunque las estrellas a veces se nublen, podés evitar que llueva y recuperar el sol.
Y eso también es crecer.
(1) Mío (2) Cuando me hablan del destino - Joaquín Sabina (3) El final es en dónde partí - La Renga