Karmic UDS

Pasó la semana del Ubuntu Developer Summit en preparación para Karmic Koala (Ubuntu 9.10).

El lunes tuvimos una reunión de equipo, donde vimos y definimos un montón de cosas, aunque quedaron varias otras por definir... veremos que pasa. Me hubiese gustado otro día más de reunión, pero bueno...

Los otros cuatro días me los pasé trabajando en uno de los próximos servicios que daremos en UbuntuOne. Trabajar en un servicio, pero dentro del UDS, implica que hay que ver qué cosas se van a necesitar que estén en el próximo Ubuntu, e ir estudiando cómo se van a acomodar esas cosas. Eso es lo bueno del UDS, te permite planear el trabajo de integración con anticipación.

Anyway... trabajé mucho, lo que implicaba en muchas ocasiones asistir a las reuniones de UDS para aprender, entender, o explicar/contar cosas. Otra faceta del laburo fue reunirnos con el equipo de diseño para discutir unos cambios en un diálogo, cosa que es muy difícil hacer a la distancia. Fue una semana bastante cansadora.

A la noche, cuando terminaba el trabajo formal, normalmente uno seguía con trabajo atrasado, o se iba a pasear un poco y conocer Barcelona. También armamos una regia picada en la habitación, y jugamos al Catán con los chicos, experiencia que involucró derramar aceite de boquerones sobre una cama (por suerte no pasó a mayores).

El miércoles aproveché para ir a cenar con Tere, Santi y Rosa Mari. Caminamos un rato buscando un buen lugar, y finalmente lo encontramos. Estuvo muy bien, hacía mucho que no veía a Tere, y a sus amigos no los conocía personalmente, así que estuvimos de charla y charla toda la noche.

Al otro día dijimos con Lucio que nos íbamos a quedar en el hotel, pero Martín nos dijo de ir a cenar, así que aprovechamos y fuimos a pasear por el Park Güell un rato, hasta que cayó bastante la luz, cenamos por ahí, y volvimos.

Park Güell

El viernes había un karaoke organizado por la empresa a la noche, así que dormí un par de horas de siesta, me levanté y fuí al bar que se había reservado todo para nosotros. Comí algo, tomé algo, escuché a algunos hacer que cantaban, y cuando me aburrí (bastante pronto), me volví al hotel.

Nos quedamos charlando un rato con Lucio, y de pronto me suena el celular: era Moni, que estaba en Ezeiza para tomar el vuelo hacia Barcelona, pero no la dejaban subir al avión por un detalle en el trámite de la compra del pasaje: yo no había presentado mi tarjeta para validarla (y eso que ya me habían debitado el dinero de mi cuenta y todo...). Corté con Moni y llamé a Iberia Argentina, pero sólo atienden de 9 a 18 (y eran las 20 en Arg, una de la mañana en España), así que llamé a Iberia España... me dijeron que tenía que presentar la tarjeta sí o sí (por suerte la tenía encima), y que a esa hora sólo había gente en los aeropuertos.

Así que me puse las zapatillas, salí corriendo a agarrar un taxi, y en 15 minutos estaba en el aeropuerto de Barcelona. En la zona de Iberia no había nadie, pero un guardia de seguridad me indicó dónde estaba Informaciones (yo ya estaba llamando a Iberia de nuevo), y la chica de allí salió corriendo a buscarme el supervisor de Iberia (alguien tenía que haber, dijo). Vino el supervisor, revisó la tarjeta, aprobó todo, e incluso habló con el de Iberia en Argentina. Finalmente se solucionó todo, y Moni pudo viajar, ¡pero que susto!

Al día siguiente Lucio se fue muy temprano, yo me levanté más tarde, junté todo, armé la valija, hice el checkout, y partí para el hotel donde estaría con Moni, en Barcelona una semana más.

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Cuidando al usuario

Acabamos de tener una sesión en UDS donde discutimos cómo iba a ver, un usuario que está instalando Ubuntu, que tiene la opción de configurar UbuntuOne.

Queremos que todo el mundo tenga una cuenta UbuntuOne, ya que muchas aplicaciones de escritorio van a tener mejoras a través de este servicio, incluso aunque nunca pagues un peso.

Entonces la discusión es: armamos un servicio, agregamos funcionalidad, gratis, y queremos que la gente al instalar Ubuntu se configure una cuenta, para que su experiencia sea mejor.

¿Cómo lo hacemos? En cualquier otra compañía, habría venido la gente de Marketing y habría dicho "hay que hacerlo así y así". Esto es un diferencial de cómo hacemos las cosas en Canonical, de la cual estoy muy contento: estuvimos durante una hora, más de treinta personas (algunas trabajan en la empresa, otras no, todas cuidando tener un mejor Ubuntu), discutiendo cual sería la manera menos intrusiva de ofrecerle la opción al usuario.

Por ejemplo, la manera más fácil de hacerlo es poner un icono en el escritorio del usuario. ¡Pero no queremos eso! A ninguno de nosotros nos gustaría que el proceso de instalación nos deje "cosas" en nuestro entorno, y como no nos gusta que nos lo hagan a nosotros, tampoco se lo haríamos al usuario...

Parece fácil de "pensarlo", ¿no? Bueno, no. Hay que encontrar un equilibrio entre ser visible y no, y hay muchas variables que uno no tiende a considerar. Y este tipo de sesiones, donde gente de la comunidad y la empresa con experiencia en la interacción con el usuario durante el proceso de instalación piensan juntos, es la mejor manera de lograr un mejor producto a futuro.

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Call For Charlas, PyCon Argentina 2009

PyAr, el grupo de usuarios de Python de Argentina invita a toda la comunidad de usuarios de Python y de Software Libre en general a proponer presentaciones y charlas para la Primera Conferencia Argentina de Python, a realizarse en Buenos Aires los días 4 y 5 de Septiembre de 2009.

En este evento nos juntaremos desarrolladores y programadores tanto principiantes como avanzados; bloggers, autores y diseñadores web; gerentes, administradores y emprendedores; científicos, ingenieros, curiosos y todo aquel que tenga ganas de acercarse a la comunidad Python en Argentina.

Agradecemos la contribución de todos en la difusión de este llamado y del evento en si mediante los banners diseñados para tal fin y que se encuentran aquí.

Las charlas deben ser ingresadas para su aprobación aquí. La fecha límite de envío de charlas es el Lunes 29 de Junio inclusive. En caso de consultas o inconvenientes, envianos un mail.

Más info, acá.

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AllHands 2009

AllHands, en castellano Todas las manos, es la reunión anual de Canonical donde participa toda la empresa.

Básicamente nos juntamos todos (en este momento alrededor de 280 empleados) en algún punto del planeta (en esta ocasión, Barcelona), y estamos juntos en un montón de actividades durante tres días y medio.

Estas actividades son de distintos tipos: durante el día lo principal son las conferencias de diversos temas (más sobre esto abajo), pero también hay mucha parte social, especialmente a la noche.

Como ejemplo de esto, el martes a la tarde hubo una cena que daba comienzo al evento, al aire libre, con muchos tipos de comida que uno iba sirviéndose y comiendo parado (habían algunas mesas, también, desparramadas por ahí). También había todo tipo de bebidas, obviamente todo invitación de la empresa. A este evento cada uno tenía que llevar algo del país origen (no se pierdan las fotos), y luego se elegían dos ganadores a la mejor producción.

Quiero aprovechar la ocasión para mostrarles la siguiente foto, ya que el otro día me preguntaban cómo era trabajar con un jefe que vive en Holanda cuando uno trabaja en Buenos Aires, y sí todos somos medio raros o hay gente más normal...

Mi jefe y la jefa de mi jefe

El hotel La Mola, en el que estuvimos, estuvo muy bueno en muchos sentidos, pero todavía no puedo creer lo mal que estaba diseñado el baño: había un inodoro en un cuartito totalmente cerrado, con el ancho del inodoro mismo, que no recomendaría a un claustrofóbico, una ducha en una caja de vidrios verdes casi opacos, y una pileta en el medio. Las dos "cajas" tenían su correspondiente puerta, pero no el baño en general. Encima, la puerta de la ducha estaba en linea con la puerta de la habitación... o sea que si vos te estás bañando, te das cuenta que te dejaste el shampoo afuera, abris la puerta de la ducha y justo tu compañero entra a la habitación, te puede suceder que la gente que pasa por el pasillo te salude alegremente, :p

Las charlas estuvieron muy bien, algunas muy interesantes, otras no tanto, pero en general fue como una conferencia con buen nivel. Hubieron varias cosas interesantes, como Planning Poker, una forma muy piola de estimar tiempos de proyectos, o una discusión de qué íbamos a hacer con Python 2 y 3 en las próximas versiones de Ubuntu. Yo presenté Understanding Unicode, y con John, Lucio y Guillo, mostramos Chicharra (el cliente del servicio Ubuntu One, que salió beta hace poquito.... pero más sobre esto en otro post).

También, al ser una reunión de toda la empresa, los directores de las distintas áreas nos fueron contando en qué estaba la empresa, qué se hizo en el último año, etc. Esta info uno la va recibiendo durante el resto del año, pero cuando sucede, por partes, entonces está muy bueno ver un resumen de todo.

Luego, la cena, y el Canonical Jam, donde mis compañeritos de empresa hacen música entre todos, alternando los intérpretes de los instrumentos, tocando clásicos para que la gente cante, todo muy groso (¡vean las fotos!).

Rocanrol

Ahora, el fin de semana, a pasear y descansar un poco, antes de otra semana de duro trabajo!

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Visión

No acostumbraba bajar hasta el hotel más que lo necesario; prefería incluso ir al pueblo.

Cuando bajaba al centro de esa pequeña comunidad para algún trámite, o comprar las vituallas necesarias, se encontraba con gente, sí, pero normalmente gente invisible, gente que no le interesaba meterse con el otro, y aunque no se puede decir que ella lo disfrutaba, al menos se le hacía soportable.

Bajar al hotel, sin embargo, era entrar en contacto con gente en vacaciones, gente que sí quería estar con otra gente, y que tenían muchas veces el desagradable hábito de intentar hablarle. Pero así como le disgustaba, lo hacía porque era uno de los pocos clientes regulares de la zona (no muchos edificios tenían calderas grandes por allí), y ella valoraba eso en función de que le permitía, a su vez, permanecer alejada y ermitaña en su pedazo de mundo.

Ella se había recluido en esa cabaña en lo alto de la montaña por una clara aversión a la gente. Que su aversión fuese generada por el rechazo de la gente hacia su persona (o, a decir verdad, a su modo de vida) no lo hacía más fácil. Había entrado en su adolescencia en un círculo vicioso donde quería estar sola, y el resto de las personas la excluían justamente por eso, y luego le había sido imposible que nadie le interesara lo suficiente como para abandonar su soledad.

Ese otoño algo cambió. Ella había bajado hasta el hotel para la revisión de rutina de la caldera, previa al encendido de la misma, ya que luego no se apagaría hasta terminado el invierno. Normalmente, si era necesario, se podría apagar y hacer alguna reparación en las semanas más crudas del invierno donde el hotel se cierra porque el clima es demasiado malo, pero siempre trataba de prever las suficientes reparaciones como para no tener que hacerlo en esas circunstancias especiales, y en los últimos diez años había podido evitarlo.

Entró al hotel como tantas otras veces, tratando de evitar la poca gente que había por no ser temporada todavía, y con la confianza de tanto tiempo se encaminó directamente a la oficina del encargado de mantenimiento.

Al cruzar la entrada a un pasillo la vio, en el medio del mismo, contra uno de los espejos en la pared, acomodándose la ropa de recepcionista del hotel. Se notaba que era la primera vez que la usaba, porque se paraba recta frente al espejo, y se iba haciendo pequeños ajustes en el calce de la ropa. Tiraba un poco de la solapa, un poco del faldón del saco, se acomodaba un poco el pantalón, corregía la posición de la gorra. Incluso, sintiéndose sola, acomodó sus pechos, levantándolos con la mano por abajo de la ropa. Se notaba que disfrutaba el llegar a la perfección en la vestimenta, ensimismada ella y su espejo, manteniendo una sonrisa de satisfacción por el resultado.

La descubrió cruzando la boca del pasillo, y hubiera pasado de largo de haber podido, pero se quedó prendada de esa imagen, de esos pequeños movimientos que se sucedían como en cámara lenta, de esa sonrisa. Ni siquiera atinó a esconderse, se quedó en la mitad del cruce de pasillos, congelada sobre sus pasos, viéndola, mirándola.

Pudo comenzar a moverse, retomando el camino hacia la oficina de Mantenimiento, pero no se la pudo sacar de la cabeza. No la volvió a ver cuando hizo algunas reparaciones en el hotel ese día, ni cuando emprendió el regreso a su casa. Pero la siguió viendo todos los días soñando despierta, esperando su regreso al hotel el próximo jueves, para las reparaciones más serias.

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