Asado geek 2023

La década pasada arranqué con una costumbre que aunque cuesta un montón de trabajo termina dando resultados excelentes: el asado geek. Lo hice por varios años hasta que se cortó cerca del final de la década, luego vino la pandemia... y este año retomé.

Notablemente nunca hablé mucho de eso en este espacio. Ahora es un buen momento.

La consigna es clara: junto en casa a geeks de variada índole (familias/parejas bienvenides), la mayoría informátiques, pero hay de todo. La gente invitada es toda conocida mía de alguna manera u otra, lo más probable es que no conozcan a todo el resto, pero esa es la idea, que se crucen, que surjan todo tipo de charlas.

La excusa es un asado (carne y verduras a la parrilla, aperitivos, bebidas varias, postres, etc.). No es un evento formal, no nos vamos a sentar en una larga mesa y van a tener cuatro cubiertos y dos copas. Es más bien un controlado caos de distintos grupos desparramados por la casa comiendo sanguchitos y cosas, gente tirada en el pasto vaso en mano, etc. Ahora que la casa es más grande está la posibilidad de que surjan juegos de mesa, e incluso la pileta puede estar disponible si el clima es acorde.

Les invitades a priori no tienen que traer nada de comida o bebida, yo me encargo de comprar y preparar todo desde antes. Luego cuento asistentes, divido costos, y les pido la guita cuando se van yendo. Por otro lado siempre hay algún invitade que trae algún delicatessen que le regala a la asistencia (algún licorcito, una charcutería custom, verduras de su huerto, condimentos raros, etc.).

Bien. Como decía arriba, retomé. El finde pasado hice la versión 2023.

En la casa anterior la asistencia había ido creciendo hasta pasar las cuarenta personas. Era un bardo, y por suerte el clima más o menos siempre acompañó. Así y todo la zona del quincho era un quilombo, apenas podíamos movernos, era incómodo. En parte por eso dejé de hacerlo, no escalaba.

Para esta edición pude invitar más libremente. Luego de algunos años el público se renovó, invité gente nueva. Al final fuimos (entre adultes e infantes) exactamente cincuenta.

¿Cómo estuvo? Bárbaro.

Yo tuve el 20% del stress que sufría en ediciones anteriores porque al estar todes mejor distribuídes era mucho más disfrutable. Y al poder trabajar más libremente tuve más ayudantes para preparar sánguches, armar mesas, etc.

En esta oportunidad simplifiqué la comida, porque la parrilla es más chica que la que tenía antes. Entonces hice chorizos, bondiola, y bife de chorizo; todo en sanguchito, claro. Tonga trajo un kimchi casero que estaba bárbaro, y Runa una mayonesa de morrón y una salsa criolla que estaban geniales. Para el postre y la tardecita Moni preparó unas chocotortas y complementamos con algunas tortas compradas.

El día acompañó, pero hizo bastante calor. Pudimos disfrutar de la pileta, creo que se metieron casi casi todes. Tengo que explorar mejor la posibilidad que se armen juegos de mesa, algo hubo, pero casi nada, hay que intentarlo más ordenadamente cuando empieza a caer el sol.

Y es notable como les geeks te cuidan la casa: no se rompió ni un vaso.

Alguien tuvo la excelente idea de hacer una foto grupal
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Es el software, estúpido

Repetidas veces en la historia se ha visto que, para dispositivos de consumo masivo, para abaratar costos se terminan reemplazando con software funcionalidades que estaban en hardware: es obvio, si sacamos este pedacito que para mil dispositivos tenemos que fabricar mil veces y lo reemplazamos por un "software más inteligente" (que se copia gratis), se bajan los costos.

Hay muchos ejemplos, pero quizás el que más nos ha mordido a les usuaries de Linux es el caso de los módems hace un par de décadas (ustedes son muy jóvenes, pero...). Los fabricantes empezaron a hacer el jueguito antedicho pero sólo liberaban ese "software inteligente" para Windows, con lo cual hacer andar esos módems en Linux era una odisea, al punto que se acuñó el término "winmodem".

Bueno, hace un par de semanas se me complicó con algo parecido a eso.

Unos meses atrás me compré una Xiami Smart Band 7, muy bonita (aunque un poco chica para mis ojos cuarentones).

La pulsera en cuestión

Es muy fácil de empezar a usar. Cuando se prende te muestra un QR que al escanearlo con el teléfono te lleva a descargar la aplicación Mi Fit. Ejecutás la aplicación, siguiente siguiente siguiente, te reconoce que hay una pulsera para enganchar, la sincroniza y voilà, funciona todo.

Hay cosas en la pulsera en sí (muchas, sólo he usado pocas, como cronómetro, o decirle que estoy haciendo tenis, que me mida las pulsaciones, etc), pero también hay otras en la app que son interesantes (como mandar las notificaciones a la pulsera, es MUY piola eso). Pero la app termina siendo imprescindible, porque es la única interfaz "inteligente" con la pulsera, la única forma de ver data histórica, etc.

Todo muy lindo. Hasta que falla.

Hace un par de semanas, decía, no sé que hizo la pulsera mientras estaba cargando y se reseteó a cero. La fui a buscar y estaba mostrando el QR que muestra cuando uno la saca de la caja al comprarla.

Bueno, a re-emparejarla con la app, total como todo el histórico está ahí no pasa nada. ¡Pero no emparejaba! La app no encontraba "ningún dispositivo cercano".

La app también tiene escondida en un menú la opción de "incorporar al dispositivo escaneando su QR". Con esta opción avanzó un poco porque se daba cuenta que había una pulsera pero no podía comunicarse con ella :(. Lo loco es que me decía que el problema es de la pulsera, y que tenía que resetearla "a cero" para que vuelva a estar como "de fábrica".

Che, no anda y no se qué hacer, reseteala vos

¿Pero cómo? Porque lo único que tiene la pulsera es una pantalla que obstinadamente me mostraba un QR. A diferencia de la gran mayoría de otros dispositivos a los que estamos acostumbrades, la pulsera no tenía ningún botoncito ni nada que dispare un reseteo de fábrica del hardware. Porque la pulsera no tiene ningún elemento móvil. Todo bien, si querés hacer un dispositivo que sea medianamente sumergible hacerlo totalmente cerrado te evita mil quilombos.

Pero igual podrían haber maneras. La pulsera tiene contactos eléctricos, después de todo, y uno manejable sencillamente por el usuario es el de carga de la batería. Podría tener implementado que si enchufás y desenchufás 10 veces el cargador te pregunte si querés que se resetee a cero. Pero no, seguramente los desarrolladores fueron demasiado optimistas de que nunca nada iba a malir sal.

Luego de pelearme por un par de horas con la pulsera, decidí apelar al último recurso con algunos dispositivos: drenarle la batería hasta cero (esperar a que se le acabe, bah). Pero oh, la pulsera ya de entrada consume poco y si detecta que no se mueve se pone en modo más económico, entonces nunca se me iba a descargar.

La tiré en lo profundo de un cajón, junto a mis esperanzas.

Un par de días después dije basta, y decidí mandarla a arreglar. Empecé a buscar service... y no encontré nada. Hay varias empresas que dan soporte de Xiaomi, pero todas sobre teléfonos. Nada de pulseras. En otras palabras, me habían vendido un hardware sin service en Argentina. Qué detalle, ¿no?

De nuevo al fondo del cajón, junto a mis esperanzas y mi bronca.

Una vez por día promedio se me ocurría buscar alguna cosa en internet, probarla. Hice mil intentos: la cargué full, limpié y borré la app que les mencionaba arriba, instalé otra (Zepp) que la encontraba pero la perdía, volví a limpiar todo, incluso borrando a mano directorios en el teléfono de las apps, y varias cosas que ya no me acuerdo.

Como diez días después del incidente, la prueba de turno fue borrar (de nuevo) toda app al respecto, borrar la pulsera de bluetooth, instalar Zepp, y ahí el comportamiento cambió... encontró la pulsera, que salió del QR y puso una pequeña imagen de "enlace"... que al rato perdió y volvió al QR. Pero volví a intentar los pasos anteriores y de repente la app me anuncia que empezó a bajar una actualización. Por lo que tardaba pensé que estaba bajándola a la pulsera pero no, después de un rato largo la pulsera me avisa que estaba instalando una actualización, y empezó a subir un porcentaje que tardó en completarse como veinte minutos.

Terminó, se reinició, y arrancó "bien", con la app sincronizando ok y todo. ¡Alegría!

Vaya uno a saber cuanto dura.

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El fin de una era

Luego de catorce años y medio, esta semana dejé de trabajar en Canonical.

Me costó tomar la decisión de renunciar, lo estuve masticando varias semanas, pero era momento. La empresa no es la misma que me gustaba tanto hace unos años, nuestros caminos de "cómo hacer las cosas" divergieron demasiado los últimos meses, y llegó el momento de descansar un poco.

Pasó mucha agua por abajo del puente.

Córdoba, Argentina, 2009California, USA, 2008California, USA, 2008Londres, Inglaterra, 2010Córdoba, Argentina, 2012

Conocí un montón de gente, pero al mismo tiempo no les conocí tanto tampoco, uno de los "problemas" del trabajo remoto. Cuando trabajás presencial compartís muchos más espacios con tus compañeres... no sólo la convivencia en la oficina, sino también salir a almorzar, quedarse algún after-office, etc. En el trabajo remoto te encontrás a veces y algún lazo se crea, pero no es lo mismo. Esto ayudó a que cortar luego de tanto tiempo no sea "doloroso". Por otro lado, tuve la oportunidad de trabajar con gente que ya conocía, y eso estuvo buenísimo :)

Londres, Inglaterra, 2010Colonia, Uruguay, 2015Londres, Inglaterra, 2013

También laburé en muchos proyectos a lo largo de los años. Arranqué en Ubuntu One, que era más cosas pero yo estuve casi únicamente abocado a la parte de sincronización de archivos (luego liberado open source). De ahí a ofrecer servicios online para el Ubuntu Phone. Un par de productos en el medio que no vieron la luz, y luego a trabajar en el Snap Store, donde estuve bastante en proyectos diversos. Y finalmente volver al lado del "cliente" para laburar en una biblioteca y una herramienta para facilitar el uso de Juju.

La Valeta, Malta, 2019Praga, República Checa, 2022

Por primera vez después de 30 años no voy a saltar de un trabajo al otro. Voy a estar algunas semanas sin laburar, viendo qué quiero hacer de mi vida, retomando algunos proyectos/hobbies/cosos abandonados o ni empezados por falta de tiempo.

Veremos qué depara el futuro.

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